3ª LECCIÓN DE BALONCESTO
POR ETTORE DE MESSINA
En nuestros tiempos, realmente creo que es más importante saber elegir correctamente las piezas que forman el equipo que saberlo entrenar. A no ser que hayamos desarrollado un programa enfocado al desarrollo de jóvenes talentos, como por ejemplo está sucediendo en el Partizan de Belgrado, bajo la dirección del entrenador Vujosevic, cuando el objetivo es ganar, el limitado número de recursos en el mercado en términos de alta cualidad de los jugadores, hace que el reclutamiento de jugadores se convierta en crucial para el buen desarrollo de la temporada.
El liderazgo y los conocimientos del entrenador siguen siendo importantes, pero la personalidad y la habilidad de jugar bajo presión no pueden crearse si no existiesen previamente.
Hablando de la elección, la principal pregunta es siempre la que hace referencia a quién es el responsable “de tomar las decisiones”: el entrenador o el manager general. Creo que debe ser un trabajo coordinado basado en la común capacidad de entender los recursos y los objetivos del equipo.
Realmente creo que en los tiempos modernos, cada vez más, las decisiones son "mixtas" y no únicamente técnicas o financieras. El entrenador ha de tener en consideración el presupuesto y sus limitaciones y las dificultades del mercado, el club debe seguir las sugerencias del entrenador en relación a la selección de los jugadores para conseguir la química deseada. Cuando los conflictos aparecen en este momento tan delicado de la temporada, muy pocas veces no influirán en el devenir de la temporada, y frecuentemente llegan a un punto en el que el entrenador y el manager general se mantienen en sus posiciones, protegiendo y promoviendo sus propios caballos de batalla “sus intereses”.
Déjenme sólo compartir mis pensamientos en relación a cuáles han de ser las prioridades en la elección de jugadores:
- El baloncesto se hace cada vez más atlético: un equipo con déficit atlético no puede competir al máximo nivel, y, al mismo tiempo, el equipo debe tener fundamentos suficientes para poder aplicarlos en los partidos. El equilibrio es la palabra clave: no podemos tener un equipo de grandes saltadores que tiran la pelota fuera o un equipo de grandes jugadores extremadamente lentos.
- Buscamos la versatilidad y jugadores que pueden ser intercambiables: creo que una buena combinación es un auténtico base y otros tres jugadores del perímetro que puedan jugar de base o de escoltas. Un auténtico pívot (center) y el resto de “grandes” que puedan jugar en la posición de “ala-pívot” (4) y, ocasionalmente, en el poste bajo. Esto nos permitirá jugar con un equipo grande o pequeño y rápido cuando sea necesario. Además, desde el punto de vista defensivo, nos da la posibilidad de jugar con cambios defensivos, rompiendo “con cambio y negación del pase” el sistema ofensivo del rival. En una plantilla de doce jugadores, pienso que cuatro deben ser especialistas: base, pívot (center), tirador y un especialista defensivo. Todos los jugadores restantes en mi equipo de ensueño deberían de jugar en dos posiciones como mínimo.
- Necesitamos a jugadores que pueden crearse su propio tiro para encontrar soluciones cuando el sistema de ataque no funciones y necesitamos, al menos, dos jugadores que pueden jugar de espaldas a canasta, en el poste bajo. Es estupendo si uno es un hombre grande y el otro es base grande, como por ejemplo Bodiroga en el Panathinaikos durante muchos años o Papaloukas en el Cska.
- Necesitamos personalidad y habilidad para jugar bajo presión: el entrenador Mike Brown de los de Cleveland, describía su proceso para crear un equipo que pudiera ser un aspirante al título diciendo “necesitamos una superestrella, como Lebron, dos estrellas que le puedan aligerar la presión de anotar, y un grupo de buenos jugadores a su alrededor.” Estoy de acuerdo: primero conseguir una superestrella, cuando sea posible, hacer un equipo más corto si necesitas ahorrar dinero, tal vez ocho o nueve jugadores más los jóvenes, pero sin renunciar a la posibilidad de tener buenos jugadores, si se pueden encontrar en el mercado, que puedan ganar cuando el sistema y el equipo no pueden hacerlo. Los grandes jugadores tienen otra gran cualidad: ayudan a sus compañeros de equipo a superar el miedo inyectándoles confianza, mejorando su capacidad de jugar bajo presión. Todas las competiciones modernas se deciden en un playoffs o a un solo partido: buscar a aquellos que juegan bien en este momento, y tener cuidado con aquellos que jueguen bien durante la temporada y menos bien en los momentos decisivos (playoffs). Mirar las estadísticas en partidos donde se enfrente a los mejores equipos, olvidar las estadísticas medianas: el mundo está lleno de jugadores que juegan bien contra equipos malos y mal contra equipos duros. Mirar cómo juega tu posible fichaje frente a los cinco mejores jugadores en su misma posición en la liga y entonces tendrás una idea más acertada de sus posibilidades.
- La química es la palabra clave y, por esta razón, debemos conseguir tanta información como sea posible sobre la personalidad de los jugadores que vamos a reclutar. Váyalos a ver jugar en vivo para comprobar su reacción delante de un mal arbitraje, delante de una sustitución, a la presión de la afición. Trate de recibir información sobre sus dinámicas de entrenamientos, en relación a su historial, sobre su familia y sus amigos. Si usted tiene la posibilidad, siéntese y hable de forma sincera con él para crearse una opinión propia. Digo esto porque muchas veces un jugador que no funciona bien en un sistema de juego podría ser mejor en otro sistema, con compañeros de equipo y entrenadores diferentes. No siempre lo que está bien para un colega tiene la misma importancia para usted y viceversa: use otra opinión de colegas, pero cree su propio juicio.
- Creo que durante la temporada cada jugador, teniendo en cuenta su edad y carrera, puede mejorar un poquito su juego y debería trabajar para hacerlo. Tal vez un pequeño detalle pero si consigue hacerlo, el equipo será mejor. Usted debe estar seguro de que los jugadores comparten la misma opinión; algunos compañeros piensan que la esencia del entrenamiento es utilizar la habilidad de los jugadores de la mejor manera posible. Esto podría ser verdad, pero creo que mejorar las habilidades de tus jugadores también es muy importante: es cierto que intentar cosas nuevas puede afectar a la confianza de un jugador que no es mentalmente fuerte y esto afecte a su juego.
Al mismo tiempo el jugador debe entender la filosofía del equipo en relación a los entrenamientos:
- Algunos de ellos piensan que es importante no gastar energías que serán necesarias durante los partidos y durante el partido ya mejorarán su condición física. Creo que hacer sesiones físicas de pesa, un buen equilibrio durante los entrenamientos preparará al equipo de manera más correcta; por eso hemos de estar todos en la misma dirección. No queremos “matar” a nadie, también creo que el descanso y la recuperación son una parte importante de la rutina, pero, al mismo tiempo, entrenar bien es una regla.
- La opinión del preparador físico y de los doctores también es muy importante: muchas veces unos jugadores propensos a las lesiones son contratados con grandes expectativas, con el resultado de una frustración viéndolos sin jugar la mayor parte del tiempo. Conocer bien su cuerpo, sus dinámicas de trabajo, su capacidad para jugar con dolor, su deseo de recuperarse después de padecer una lesión, todos estos detalles son muy importantes tanto para evitar posibles lesiones como para saber cómo las afrontará durante una larga y dura temporada.
También para vuestra correcta comprensión hay muchas opiniones que están implicadas en el reclutamiento de jugadores: el trabajo en equipo es una obligación en este momento clave de la temporada, la mutua comprensión a las necesidades del entrenador, las limitaciones financieras del club, las opiniones de los doctores. Muchas veces el compromiso es necesario, pero todo funcionará sólo si todo el mundo es responsable de su opinión y si el superior interés del club siempre está en la mente de aquellos que participan en el proceso de decisión. Al final, como siempre, asumir la responsabilidad de las opiniones y de las decisiones es una obligación.
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