El juego de los pívots en el baloncesto siempre se ha considerado como un factor determinante en el incremento de la calidad del juego. Si se analizan los datos del juego, la principal preocupación para la defensa son los pívots. Los primeros entrenadores han comprendido el abanico de posibilidades para el juego de los pívots en el ataque y han orientado sus sistemas de juego, hacia los pívots, que tienen unas tareas muy importantes.
Entre los primeros puntos importantes, dentro de los temas tácticos, se encuentran los relacionados con el juego de los pívots. También, las primeras indicaciones sobre la selección de los jugadores están relacionadas con los factores psicofísicos de los pívots y que es lo que los hace diferentes de los demás jugadores.
Hace tiempo que se ha llegado a la conclusión de que los entrenadores, que de la mejor manera, han sabido gestionar a sus pívots, han conseguido los mejores resultados. Los primeros equipos importantes, a nivel de baloncesto internacional, se recuerdan por sus pívots. Los éxitos internacionales de diferentes equipos están casi siempre relacionados con unos pívots determinados y que son siempre los mejores en la competición.
Los primeros éxitos de la selección USA en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948 están relacionados con la aparición del pívot Bob Kurland, un jugador de amplias posibilidades y una efectividad tremenda, combinada con una altura considerable.
Los primeros éxitos de la selección de URSS están relacionados con otro pívot, Korki. Para todos nosotros queda claro cuanto valor llevaron en su juego los pívots americanos, como Russel, Chamberlain, Alcindoor, Hayes y anteriormente reconocido el gran George Mikan.
No olvidemos los pívots europeos como son Belov, Cosic, Urbitaran, Meneghin, Jelovac o Zidek. Aquí he mencionado algunos, sin un orden determinado, pero el primer análisis de su juego y de sus equipos indica importantes diferencias entre ellos. Todos ellos son especiales, específicos y en la mayoría de los casos, jugadores que asumen la responsabilidad en sus equipos y en el baloncesto general. Si comparamos a cuatro pívots americanos, Rusel, Chamberlain, Hayes y Alcindoor, que tienen características psicofísicas parecidas, llegamos a la conclusión de que son muy diferentes por su juego y por el juego de sus equipos en particular. Los mencionados pívots europeos son muy diferentes, pero son muy útiles, cada uno de una manera diferente, en sus equipos.
Todo esto nos indica que los pívots son muy importantes como jugadores, en la mayoría de los casos se trata de jugadores específicos, fuera de serie, por lo que en la metodología de entrenamiento, hay que prestarles mucha atención. Su juego es determinante en cada partido, por lo que no es de extrañar que los avances del baloncesto moderno vayan en este sentido. Al principio, el baloncesto se jugaba sin los pívots, luego con uno, con dos y hoy se pueden ver los equipos que juegan con tres pívots (claro, no de forma clásica).
Comprendiendo la importancia de la altura y juego cerca del aro, los entrenadores han elegido, para el puesto del pívot a los jugadores más altos. Para conseguir encontrar y seleccionar los jugadores altos hay que realizar una selección especial. Hoy el pívot es casi siempre el jugador por encima de 2,05 metros, por lo que se ha creado un perfil propio.
Ranko Zeravica 2010
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