LA COLABORACIÓN EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE

MÉTODO “ROMPECABEZAS”

El aprendizaje a través de la COLABORACIÓN se realiza por parejas o en pequeños grupos con el objetivo de encontrar las soluciones  de un problema común (rompecabezas), buscando las soluciones y la construcción del conocimiento mutuo para crear nuevas ideas, nuevas estructuras con mayor complejidad o  innovaciones únicas (Meredith, 1998).

         El objetivo es investigar para mejorar la actividad de los jugadores en los entrenamientos entre el formato de colaboración o el formato de entrenamiento tradicional. Las investigaciones nos indican que el aprendizaje a través de rompecabezas en los jugadores induce a mayor actividad en la planificación, realización y evaluación de las soluciones encontradas con un alto nivel de éxito común, la responsabilidad colectiva y la confianza mutua.

         La colaboración en el proceso de aprendizaje es uno de los campos más interesantes para mejorar la investigación y practica por parte del jugador. Representa un trabajo conjunto entre todos los jugadores con el objetivo de conseguir un objetivo común (colectivo) (Johnson y Johnson, 1998). Siempre hay que tener presente las diferencias naturales que se van a producir entre los jugadores y diferentes conexiones que se pueden crear entre diferentes parejas o grupos. Este aprendizaje se puede usar desde las categorías de iniciación hasta los senior, en todos los detalles técnico-tácticos.

El Método “ROMPECABEZAS” se puede utilizar completamente en el aprendizaje técnico, en el proceso de perfeccionamiento y aceleración de juego, como en el desarrollo de las habilidades técnico-tácticas. El entrenador tiene que crear diferentes y determinadas técnicas de entrenamiento, para que los jugadores los puedan asimilar en poco tiempo y que pueden ser aplicados a las situaciones del juego. Los factores que influyen en la calidad de este tipo de entrenamiento son: buena interacción entre los jugadores, entrenadores, padres y todos los participantes en el proceso de aprendizaje y perfeccionamiento, en la formación del programa correspondiente, en su aplicación y la adaptación a la filosofía del club, en la creación de la estructura vertical a la medida del club, y, por último, en el proceso de creación y uso de los principios universales del juego. Especial importancia adquiere el entrenador, como guía de los jugadores.

La base de este trabajo es la formación de grupos y parejas. Las investigaciones nos están mostrando, con este tipo de entrenamiento, las relaciones más positivas entre los jugadores e importantes efectos psicológicos. En la colaboración, las relaciones entre los jugadores son más afectivas, se incrementa la sensibilidad delante de un objetivo común, la comunicación es más abierta entre todos los participantes.

Este método nos permite mayor asimilación de los conocimientos y desarrollo de las habilidades en diferentes campos (Hansman y colaboradores, 1999). Este tipo de entrenamiento motiva especialmente a los jugadores menos avanzados y con menor éxito en la realización (Lloyd, 1998), motiva el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y lógico (Meredith y colaboradores, 1998), incrementa la motivación y la persistencia del jugador (Slavin, 1995 y 1999), mejora las relaciones entre los jugadores no solo durante el trabajo, sino fuera del entrenamiento. Con la mayor confianza y autorrespeto del jugador, nos puede servir en el trabajo con los jugadores que muestran dificultades en su desarrollo (Gilies y Ashman, 2000). El entrenador enseña las formas de una colaboración conjunta y la actividad que se adapta a las situaciones de juego actuales. El método analítico puede resultar más atractivo y nos parece más fácil, pero es de menor alcance, mientras el método basado en la participación activa obliga a la inclusión del jugador desde el primer momento y dura todo el proceso de formación.

En los últimos tiempos aparece cada vez más el método global. El aprendizaje activo comprende un alto nivel de autonomía en el juego. A los jugadores se les ofrecen las posibilidades de utilizar diferentes estrategias que les permiten reconocer lo importante en el juego, analizar y comparar las informaciones recibidas y conectadas con los conocimientos ya adquiridos, para poder realizar evaluación critica de la situación en el juego en todo momento.

Estos conocimientos nos permiten adquirir las informaciones muy útiles y efectivas en el juego que se pueden aplicar a nuevos problemas y en la gestión de posibles soluciones en nuevas situaciones que se nos presentan. Se puede decir que un aprendizaje activo motiva al jugador a aprender más (Desforges, 2001) y relaciona una posición abierta del jugador con su curiosidad natural y su espíritu por investigar (Nikcevic-Milkovic, 2004).

El método analítico se basa en la compresión de las tareas de solo una dirección, del entrenador al jugador o con la demostración de la habilidad del entrenador, mientras presenta los contenidos. El material que presenta por parte del entrenador es limitado y se valora muy fácilmente. Los jugadores son los receptores pasivos de los conocimientos y la autoridad del entrenador, que se manifiesta en la capacidad del entrenador (Vizek, 2002). Esta forma de entrenar resulta muy efectiva en la transmisión de los conocimientos, en la demostración y en las explicaciones verbales. Pero, no permite una mayor compresión de las soluciones de problemas, el trabajo de equipo y en la creatividad (Terhart, 2001).

En el Método “ROMPECABEZAS” los jugadores tienen unas tareas especiales relacionadas con el objetivo final y los problemas que se pueden presentar. Cada niño es responsable de su trabajo y elemento común se refleja en el trabajo de todas las parejas o grupos. El niño, además de buscar las posibles soluciones dentro de sus capacidades y características, puede ver como solucionan este mismo problema los demás jugadores. Un entrenamiento así planteado nos elimina los miedos y la inseguridad delante de la actuación, permite el reparto de las responsabilidades durante la realización de los elementos tácticos, ofrece una comunicación grupal buena, despierta el interés del jugador por el juego, crea el respeto mutuo entre todos los jugadores durante la actividad conjunta de todo el equipo.      

Al finalizar podemos utilizar un TEST que nos orienta en el tipo de trabajo realizado, en el grado de participación y satisfacción del jugador:

AFIRMACIÓN	SI	NO
HE MOTIVADO A LOS DEMÁS	SI	NO
ME HE SENTIDO RESPONSABLE	SI	NO
HE COLABORADO CON LOS DEMÁS	SI	NO
HE OFRECIDO MI OPINIÓN	SI	NO
ME HE SENTIDO IMPORTANTE	SI	NO
HE TENIDO MIEDO ESCÉNICO	SI	NO
HE ESCUCHADO A LOS OTROS	SI	NO
HE PREGUNTADO	SI	NO
TENIA CLARO LO QUE HABIA QUE HACER	SI	NO
ME RESULTO INTERESANTE	SI	NO
TENIA CURIOSIDAD	SI	NO
HE AYUDADO A LOS DEMÁS	SI	NO
HE ACEPTADO LAS PROPUESTAS DE OTROS	SI	NO
HE REALIZADO LA TAREA CON FACILIDAD	SI	NO
ME HE SENTIDO IMPORTANTE DENTRO DEL EQUIPO	SI	NO
HE SENTIDO EL ÉXITO COLECTIVO	SI	NO
NOS HEMOS DESVIADO ALGUNA VEZ	SI	NO
HEMOS APORTADO TODOS	SI	NO
HEMOS HABLADO LO QUE ESTAMOS HACIENDO	SI	NO
NOS HEMOS PUESTO DE ACUERDO CON FACILIDAD	SI	NO
ME HAN PREGUNTADO	SI	NO
LOS DEMÁS ME HAN VISTO	SI	NO
HE VISTO NUEVAS SOLUCIONES	SI	NO
HE SENTIDO CONFIANZA	SI	NO
HE SENTIDO LA RESPONSABILIDAD COLECTIVA	SI	NO

CONCLUSIÓN

        Los resultados indican que los jugadores que reparten la responsabilidad, pero, también, el éxito, son menos expuestos a las frustraciones de la competición, falta de confianza y miedo que les lleva a la pasividad en el juego, apagando la motivación para aprender más. La colaboración a través de “rompecabezas”, motivan al jugador a planificar, realizar y evaluar los elementos técnicos y tácticos con un alto nivel de responsabilidad colectiva y confianza mutua.

Es uno de los caminos para el mejor futuro en el baloncesto. Nos indica muchas ventajas y pocas desventajas, pero tiene que confirmarse con las investigaciones. La complejidad y la variedad de las situaciones de juego en realidad son de gran importancia para utilización de este método. Diferentes posibilidades, su aplicación y el amplio espectro de dificultades y problemas en cuales se puede influir son nuestro aval seguro delante de un jugador dentro del proceso de formación.