4 de octubre de 2010

NIÑOS PRODIGIO DEL DEPORTE

Soy entrenador de Baloncesto, es el deporte que más conozco y del que puedo hablar con mayor fundamento. Es cierto que la situación que vamos a abordar suele producirse en deportes individuales y no colectivos pero no es menos cierto que sin llegar a casos extremos podemos tropezar con este tipo de problemas en todos los deportes.

1.            ¿PARA QUÉ HACEMOS DEPORTE?

Desde mi punto de vista la clave se encuentra en el fin que se persiga con la práctica deportiva. Actualmente estoy trabajando desde la Asociación Juvenil YMCA MADRID para fomentar el deporte como complemento de una educación integral de la persona.

Creemos que por encima de cualquier interés deportivo está la educación de la persona. Para ello es fundamental respetar el proceso de maduración de cada individuo, en unos más lentos que en otros y cada uno con sus peculiaridades.

2.            EL NIÑO DEDE SER NIÑO Y  COMPORTARSE COMO TAL.

Si alteramos el proceso normal del niño cargándole de responsabilidades, agotando su capacidad de soportar tensiones, apartándole del juego, la diversión y los estudios, exponiéndole a situaciones que no está preparado para afrontar, creándole falsas ideas sobre el éxito, el dinero, la amistad, etc.  estamos contribuyendo a crear un monstruito que tarde o temprano sufrirá un cortocircuito en su mente.

Cuando ese niño con comportamiento de adulto despierte por naturaleza al "mundo de los mayores", se producirá un choque de valores tan fuerte que puede llegar a ser letal.

El caso de Jennifer Capriati es un claro ejemplo.

Nos enfrentamos a un caso extremo pero hay muchas situaciones en que las frágiles mentes de los deportistas adolescentes  se ven sacudidas por grandes contradicciones.

3 .            LOS VALORES EDUCATIVOS DEL DEPORTE.

Hay que tener claro que el deporte es una valiosísima herramienta para educar a las personas en valores como la responsabilidad, el esfuerzo, el autocontrol, la superación, el compañerismo, la participación, la constancia, la toma de decisiones, etc.  capacitando a cada individuo para afrontar la vida con una actitud crítica, valiente y comprometida.

Nunca debemos centrar la educación de un niño en el deporte ya que su preparación estará coja. De igual manera una formación deportiva que sólo fomente algunos valores restando importancia a la totalidad del espíritu deportivo será incompleta.

4.            RESPONSABILIDADES DE PADRES, DEPORTISTAS Y PREPARADORES.

Los padres juegan un papel fundamental  ya que deben ser ellos los que dirijan la educación de sus hijos y los preparen para tomar sus propias decisiones.
           
Estamos hartos de oir que "los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos", y estaremos todos de acuerdo que como teoría es ideal, pero me gustaría oir la respuesta de un padre a la pregunta ¿No teme que algún día su hijo le culpe por haberle robado su niñez?

No sólo es importante saber el fin que perseguimos sino también conocer qué estamos dispuestos a arriesgar por conseguirlo. Para mí, ninguna victoria o logro a nivel deportivo o económico merece la pena si para ello exponemos al niño o al joven a presiones físicas o mentales innecesarias en su formación.

La decisión de afrontar el deporte como una actividad profesional es único y exclusivo derecho de cada persona y para ejercer este derecho tenemos que haber sido capacitado antes.

Los preparadores deportivos deben creer en esta filosofía y trabajar para formar personas equilibradas y de mentalidad abierta, las superestrellas, seguirán su cauce lógico hacia la profesionalización pero su talento no servirá de nada si no tienen "corazón" y "cabeza" dentro de su cuerpo de atletas.


DIARIO EL MUNDO
9 de noviembre de 1994

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