El duro camino hacia la victoria
RED AUERBACH
Arnold Jacobs “Red” Auerbach nació en 1917 y murió en el 2006. Fue entrenador de los Washington Capitols, Tri-Cities Blackhawks y los Boston Celtics. Posteriormente desempeñó funciones de Presidente y Director de franquicia de los Celtics, hasta su muerte. Ganó en 29 años 16 títulos en la NBA y sólo fue superado por Phil Jackson. Perteneció a los Celtics desde la temporada 1950 hasta la temporada 2006 en la que falleció.
EL METODO
Ahora tú tienes a los hombres (los que aún no se hayan marchado). ¿Qué tienes que hacer para convertirles en ganadores? He llegado a la conclusión de que el juego profesional va más allá de la competición. Te puedes sentar en ese banquillo toda una noche y hacer sustituciones como un loco y seguir perdiendo por gran diferencia. Necesitas usar algo más que tus deportistas, algo como tu cabeza.
LA ESTRATEGIA
Empezamos con la presión en todo el campo. Cuando la liga empezó en 1946, me enteré de que otros entrenadores con más experiencia que yo la usaban cuando un partido parecía que se les iba de las manos. Decidí utilizar la presión hombre contra hombre, no para alcanzar sino para adelantar y permanecer ahí. Ejecutado correctamente puede agotar al contrario o desarmar sus tácticas ofensivas y posiblemente obligar al otro entrenador a cambiar su plan de juego. A menudo presionamos en el 1er. cuarto y algunas veces todo el partido. Lo encontramos especialmente efectivo al principio de la temporada, porque queremos ponernos a tope mientras que el resto de los equipos generalmente siguen preparándose para ponerse en forma. Esto da idea de cómo cada año empezamos la temporada con grandes deseos de ganar.
Cuando entró la regla de 24 seg. la prensa pagó un dividendo extra: forzó la oposición a usar 4 o 5 segundos extra llevando el balón cruzando la línea del centro, arañando preciosos instantes fuera de tiempo que colocan tus puntos en el marcador. Esto puede parecer una pequeñez, pero puede significar puntos a tu favor que signifiquen la diferencia entre ganar y perder.
Vamos ahora al pivot. Fui el primer entrenador en profesionales en arrancar mí dentro fuera del agujero para que así mi defensor pueda coger un hombre más pequeño en desventaja y así finalmente anotar. Recuerdo haber hecho esto en aquel primer año cuando los Cleveland Rebels pusieron a Kenny Sailors, sólo cinco-diez, sobre Bob Feerick, que era cinco pulgadas más alto. Yo tenía a Bones McKinney llevando el balón abajo con Fred Scolari mientras que Feerick iba dentro y John Mahnken, mi pivot se mueve en el poste alto o va hacia la banda. Fue un partido duro en el cual los Caps no fueron capaces de conseguir algunos puntos fáciles con esta táctica. Los otros entrenadores no tardaron en apropiársela.
Se que es una mala palabra en algunos lugares, pero yo uso la táctica de faltas como arma defensiva al principio. Si consiguiéramos una ventaja de 8 puntos arriba durante todo el segundo tiempo, tendríamos una victoria segura. Algunos eran escépticos, pero así es como fue:
Llevábamos ventaja de 8 o más, entramos en una semi-presión llevando al otro equipo a medio campo hacia la línea de centro para robar el balón. Les teníamos y nos movíamos dentro de la línea de tiro, fallamos inmediatamente permitiéndoles un tiro libre de 2 o 3 puntos. En ataque fuimos a buscar el límite de posesión, buscando el tiro fácil o la falta. En este tipo de partidos, naturalmente, el otro bando tiene que hacer falta para conseguir el balón y los minutos finales suelen ser consumidos por personales de ambos bandos. No fue el partido más bonito de ver, pero cogimos nuestra parte de victorias con esto.
La liga, naturalmente, poco a poco instaló todo tipo de reglas para combatir este tipo de estrategia y dar velocidad al juego - la falta intencionada (no ya en los libros, para mejor o peor), la falta campo atrás, el tiro después de seis faltas de equipo en cada cuarto, y por último, la regla de 24 segundos para acabar con el límite de posesión.
Hablando de las reglas, siempre he insistido que un entrenador no sólo tiene que conocerlas totalmente sino también encontrar caminos para burlarlas. Supongo que esto es un poco reprobable, pero es parte del juego. No hablo de romper las reglas, ya me entendéis, sino de encontrar las escapatorias.
He aquí un ejemplo de lo que quiero decir, otra vez de los viejos tiempos: imagina que llevamos ventaja de uno o dos puntos y empatamos por una falta quedando tres segundos. Yo ordenaría a mis hombres perder el tiro libre en base a la teoría de que antes que el otro equipo pueda cogerlo fuera del tablero y bajar el campo para tirar, el tiempo ya se habrá acabado. Un tiempo muerto no ayudaría al otro bando en esta situación, porque el balón debería ser sacado desde medio campo, 90 pies aproximadamente hasta su canasta. Hoy día, el mismo tiro puede hundirte en tres segundos, porque el balón va automáticamente al medio campo y no está en juego hasta que es tocado por el hombre que lo recibe. De este modo hay bastante tiempo para sacar un último tiro.
En el segundo punto, intenté otro truco antes que el reloj. Para consumir un par de segundos extra en los momentos críticos, tuve a los hombres pasando el balón en lugar de tirar. Quizás resultara extraño, pero era totalmente legal, aunque la liga rápidamente lo prohibió.
Otra vez encontré otra escapatoria a las reglas y rápidamente empecé a utilizarla. Sucedió en mis días con los Celtics cuando no había nada que previniera a un entrenador para sustituir en un salto de balón. Siempre sacaba del pasillo a mi saltador más alto, hasta que la liga obligó a que saltara el jugador que había estado en la falta.
No hay necesidad de hablar más sobre las reglas, desde que es evidente que por ahora, la NBA las cambia tan rápido que ningún entrenador puede pensar en nada que las atenúe. Esto no es una queja. La liga ha hecho un espléndido trabajo con las reglas durante todos estos años. Todavía me asombro cuando la gente habla sobre cambios adicionales, porque a mi parecer el juego está bien ahora.
Hemos ido demasiado lejos para descomponerlo, y ahora continúa escuchando las sugerencias más disparatadas:
· Los jugadores son demasiado altos. Sube las canastas.
· El juego es demasiado rápido. Elimina la regla de 24 segundos.
· El hombre pequeño necesita un respiro. Dale tres puntos por un tiro de fuera.
· Hay demasiados puntos. Vuelta al salto central.
En nuestro juego nada puede ser más ridículo que subir las canastas a doce pies, porque un tipo alto seguirá controlando el tablero mientras que para los pequeños será más difícil marcar. Al contrario, si le das al hombre pequeño un punto extra por el tiro de fuera, ¿no estarás penalizando al hombre alto porque él está abajo?, donde se supone que debe estar porque Dios ha hecho sus piernas tan largas.
Por último, el concepto de bajar el juego hasta el límite del más completo suicidio. ¿Te puedes imaginar a ti mismo viendo un partido profesional interrumpido por el silbato cincuenta o sesenta veces y otras tantas para el salto central después de cada canasta? Lo mejor será que te lleves una almohada y te acomodes en tu asiento. En un grado menor, la abolición de la regla de 24 segundos tendría el mismo efecto, sin duda, en los últimos momentos del partido. Recuerda que un latazo es cuando una gran exhibición de pases se queda inmóvil en el último cuarto. Este es uno de los problemas en los partidos universitarios ahora. Los universitarios necesitan un tiempo límite de tiro - quizás 30 segundos - y lo vais a ver uno de estos días.
Ahora volvamos a la estrategia, no quiero parecer como los rusos, pero me gustaría indicar una jugada - el Atacante Solitario - que yo llevé al Baloncesto. Cuando empecé a sacar a Frank Ramsey fuera de la línea de falta de los tiros libres del otro equipo, enviándole al final de nuestro campo. Estaba buscando una ventaja. La oposición a ambos lados tenía que asignar un defensa para cubrir a Frank o enviar un hombre grande fuera de su propio rebote.
Esto fue muy bien y desconcertó tanto a los Angeles Lakers que en tres ocasiones un defensa iba a la línea de tiros libres a perseguir a Frank. Cada vez que pasaba esto, los Lakers marcaban en la línea de tiros libres, pero los árbitros no anotaban el punto porque ellos no tenían los hombres requeridos a ambos lados de la línea. Conté aquellas tres faltas no permitidas a la suma total de puntos que hice en mis veinte años en la NBA, aunque esto no aparece en el récord de ninguna manera porque, claro, no se puede marcar sin el balón y sólo me dejaron hacerlo en el entrenamiento.
Ahora seguimos usando la jugada del Atacante Solitario, naturalmente, pero ahora el hombre que se sitúa abajo del campo es John Havlicek. Lo hace tan bien como lo hizo el Coronel Ramsey y lo disfruta mucho.
En los play-offs contra San Francisco, en 1964, en el cuarto partido, coloqué a Ramsey para realizar un movimiento no muy ortodoxo. La respuesta es que sabía que Thurmond no podía coger a Ramsey al pivot porque Wilt Chamberlain tenía este espacio ocupado. Y sabía que Thurmond no podía hacernos mucho daño tirando sobre Frank porque no tenía un tiro de fuera suficientemente bueno. Esta estrategia estorbó a la defensa de los Warriors, porque Nate con su gran tamaño era demasiado lento para estar con alguien tan rápido y ágil como Ramsey. Ganamos aquel partido - en el campo de los Warriors - por tres puntos y todos mis chicos pensaron que el éxito estuvo en el movimiento Ramsey-Thurmond.
Allí, naturalmente, diseñé una situación muy especial e inusual. Obviamente, no puedes usar este tipo de estrategia contra un equipo que lleve a su hombre grande fuera de la línea y dejar a un hombre en la esquina moviéndose en este juego poco apropiado que realicé. El problema que Alex Hannum era el siguiente: ¿de cuánto podía perder abajo el ataque - en rebote y tanteo - si sacaba a Chamberlain para permitir que Thurmond cogiera a Ramsey? ¿Y cómo marcaría Thurmond si Bill Russell quitaba a Wilt y se quedaba allí para ayudar un poco a Ramsey con su espectacular defensa? Bonito problema, ¿no?
Volviendo atrás, cuando empecé con los profesionales, todos los clubs tenían el mismo ataque. La idea principal era trabajar el balón hacia la canasta para la oportunidad fácil. El tiro de fuera era lo único que podías hacer de manera desesperada cuando no podías penetrar la defensa alrededor del aro. Yo tenía otra idea sobre aquello. Con la defensa agrupada alrededor del campo de tres segundos, me sucedió que el tiro de fuera fue abandonado como un arma del ataque, y yo comencé a idear jugadas para hacer un uso más efectivo de esto. Tanto con los Caps y los Celtics, usé todo este tipo de jugadas para este tiro de fuera.
Quiero decir una palabra sobre el tiro en suspensión a este respecto. Lo creáis o no, he visto que demasiados jugadores - universitarios o profesionales - a menudo hacen el salto cuando no tienen que levantar sus pies del todo. Tienes que tener en cuenta que el baloncesto no se juega en el aire - o por lo menos no debería ser así. Cuando el jugador va arriba a tirar, se compromete y no puede cambiar su pensamiento, aunque de repente hubiera una gran mano delante del balón. De esta manera él se coloca para un tiro inferior cuando él podría estar en una posición alrededor del defensor. Recuerdo a Bob Cousy. El no tenía tiro en suspensión, pero podía arruinar al contrario con el tanteo.
La cuestión es que un hombre es mejor cuando puede tirar de cualquier manera, sobre el suelo o encima del suelo, y él es como una cincha que perdura a lo largo del partido. Joe Fulks, Paul Arizin y el propio Bill Sharman todos ellos encontraron que sus carreras se acortaban en el mismo momento en que perdían el salto. ¿Por qué no dejas los pies en la cancha si no tienes por qué levantarlos? ¿Por qué no tiras de ambos modos?
Vayamos un paso más allá: ¿por qué no tirar con dos manos? Supongo que esto suena como si hubiera perdido la cabeza, pero piensa sobre ello por un momento. Estoy convencido de que la escuela de entrenadores ha pasado esto por alto desde hace mucho tiempo. Nunca hubo ninguna base para descartar el tiro con dos manos, solo porque el tiro en suspensión se convirtió en la principal arma del ataque. Te diré algo: cogeremos al mejor tirador de dos manos que venga, asumiendo, por supuesto, que él puede hacer todas las otras cosas que el juego profesional demanda.
Por mucho que me duela, supongo que tengo que tratar en este capítulo sobre un escrito mío del año 1953, “Baloncesto para el jugador, el aficionado y el entrenador” alrededor de 700.000 ejemplares, sin contar las ediciones en países extranjeros. En un capítulo titulado “57 Movimientos estratégicos”, enumeraba todos los métodos que en ese momento yo conocía para conseguir una ventaja sobre los contrarios. Había cosas pequeñas, muchas de ellas, como dirigir el balón lentamente hacia un árbitro en vez de un jugador contrario, de este modo, tu lado se puede colocar en defensa cuando pierdas la posesión en un tiro, o atropellar o coger un balón perdido cuando el árbitro parece que no se decide sobre qué lado está autorizado a hacerlo.
Nunca olvidaré el grito que se produjo en las altas esferas de baloncesto del momento. Auerbach era antideportivo, engañoso, lleno de artificio, anti-ético. Auerbach estaba encabezando a los más jóvenes de la nación. Patrañas. ¿Donde está la línea? ¿Qué está mal? ¿Qué es trampa? ¿Qué es baloncesto ganador? Si es legal y te ayuda a ganar, hazlo. Esa es mi norma y por ella he sido reprendido en ocasiones.
Yo quería que el equipo de casa gritara detrás de su propia canasta durante la segunda parte. ¿Por qué? A menudo el partido no se ha decidido en el cuarto tiempo. Los jugadores contrarios, atacando cerca de mi banquillo, no podrían comunicarse entre ellos debido al ruido. Quería que los árbitros estuvieran cerca de mí, porque los tiros en ataque son muy importantes en estos momentos tan decisivos del partido; quería que me oyeran alto y claro. ¿Hay algo horrible en esto? Cuando empecé a hacer esto, alguno de los clubs de casa deliberadamente venían primero y cogían la canasta cerca de mi banquillo, así la tendrían en la primera parte y yo tendría la canasta que ellos no querían.
Les hice moverse, porque es derecho del equipo visitante el elegir canasta. Tuve algunos problemas, pero el papel de villano nunca me asustó. Hoy muchos entrenadores siguen esta táctica: te quieren fuera de su banquillo en la segunda parte cuando estás en casa.
Ahora, por último, me gustaría decir algo sobre el papel del entrenador que va más allá de la cancha.
Pienso que es estupendo coger el mejor grupo posible de jugadores de baloncesto, condiciónalos, enséñales, incúlcales la autodisciplina que los atletas profesionales deben tener, enséñales jugadas (y ataques), págales los sueldos que requieren sus talentos y entonces envíales a la batalla.
La cuestión es que esto no es bastante.
El buen entrenador profesional vive realmente con sus jugadores todo el tiempo. No quiero decir que tenga que ser en sus horas libres su osito de peluche o su niñera - nunca he alternado mucho con mis hombres, porque considero que no es conveniente -. Lo que quiero decir es que el entrenador debe estar enterado de los asuntos de los jugadores y de su vida, hasta el punto en que estos asuntos puedan influir en su juego. No puede decirle buenas noches al chico y ya está; nunca es bastante.
El entrenador debe saber lo que sus jugadores están haciendo fuera.
¿Están guardando o están tirando sus sueldos en cosas que no necesitan? Pueden ser menos efectivos en la cancha si tienen dificultades con el dinero. ¿Que piensan hacer cuando acaben sus días de jugador? Ellos pueden ser más útiles al equipo si esta parte de su futuro está asegurada. ¿Trabajan fuera de temporada o gandulean? No quieres que ganduleen fuera de la cancha porque pueden adquirir ese hábito para la cancha. ¿Tienen buenos asesores para estos puntos? ¿Hacen inversiones? Merece la pena que un entrenador gaste su tiempo en ayudar a los deportistas en temas como éstos. ¿Forman grupitos entre ellos que puedan perjudicar al equipo? Esto también es problema del entrenador. ¿Hay algo que les preocupe, algún problema personal en el cual debas ser capaz de ayudarles? Tienes el derecho a saberlo.
He tocado aquí algunos puntos principales para darte una idea general sobre lo que estoy hablando. Todo sobre lo que he hablado se refiere a situaciones que me han sucedido en mis años con los Celtics. Puedo decirte que en ningún momento he tenido un jugador que no haya apreciado mi ayuda. Siempre hemos empezado desde este entendimiento común: el bienestar del jugador es tan importante para sus compañeros de equipo y para mí como para él mismo e incluso para su familia si la tiene. ¿Bienestar? Iré más allá: ropa, apariencia, maneras. Nunca habrás visto a un Celtic en un aeropuerto o en el pasillo de un estadio de baloncesto pareciendo un pordiosero. Ellos se visten como campeones y se comportan como campeones.
No quiero parecer un vecino que te está dando un consejo amigable, considero todas estas cosas muy importantes.
¿Qué es lo más importante?
No puedo decirlo. Es una de las millones de cosas intangibles que hacen que un equipo esté unido y juegue bien. No sé cuantos partidos - o cuantos títulos - nos ayudan a ganar. Sé que nunca se nos ha perdido nada. He mencionado aquí todo - en este capítulo sobre estrategia de baloncesto - haciendo hincapié en que ganar en el juego es algo más que coger algunos chicos y enseñarles como meter el balón en la canasta.
Red AUERBACH
1979
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