20 de septiembre de 2013

La semana que murio el baloncesto yugoslavo 1

El miércoles pasado, durante el partido España - Serbia apareció el siguiente twit de Sr. Trecet: "... Que dentro de unos años puedan decir "yo vi el partido de España contra Serbia...."
                
Realmente, lo que me parecía importante en todo esto era ver como Sr. Ivkovic remata una faena que inicio otro famoso entrenador serbio en el año 2005 en el europeo organizado por la propia Serbia. Se trata de la muerte de una gran escuela de baloncesto, de un estilo definido y defendido del juego, trabajo, selección y toda una filosofía de la vida deportiva. Hace unos años, un buen amigo se fue a una concentración de las que invitan FEB y tuvo un gran encuentro con uno de los profesionales más grandes a quien se le debe el actual nivel de baloncesto español.              

Volvió enfadado y decepcionado por una charla - discusión que han tenido sobre si ha existido o no la escuela yugoslava. El entrenador-jefe defendía que esto es un gran mito, mientras que mi amigo defendió la escuela, entrenadores y la forma de trabajar de los entrenadores yugoslavos. Les entiendo a los dos. Cierto, se puede pensar que ha sido un mito para mucha gente de fuera y de la propia Yugoslavia. Ha sido muy difícil conseguir ciertos conocimientos, documentos, estar en unos grupos privilegiados, sin hablar de ver ciertos entrenamientos de determinados personajes del mundo de la canasta en Yugoslavia. El conocimiento se trasladaba de los directores técnicos de los clubes, casi siempre grandes entrenadores (muchas veces no a nivel de la competición, si a nivel de preparación y conocimiento) a los entrenadores más jóvenes. La cadena de formación funcionaba: Aca Nikolic - Ranko Zeravica - Novosel - Boza Maljkovic - Piva Ivkovic - Duda Ivkovic - Zeljko Obradovic - Svetislav Pesic etc. Esto ha sido una cadena, pero si se lo piensa ahora mismo, está rota por debajo. No hay nuevas promesas, el baloncesto serbio se acerca cada vez más al baloncesto americano, sin sello propio y sin personalidad adaptada al carácter del jugador yugoslavo (si me lo permiten todas estas selecciones presentes en Eslovenia). 
             
Esto ya no existe. Son los restos de algo que ha existido, les garantizo. Y lo más importante, los entrenadores formadores, menos visibles, menos reconocidos, pero muy preparados y dispuestos primero a buscar, y luego a trabajar horas y horas con los jugadores con talento. También, cada vez son menos jugadores con talento y capacidad de trabajo y sacrificio. Lo han cambiado por unos jugadores promesas con buenos representantes y entrenadores personales. De ahí salió el comentario de Sr. Ivkovic donde explicaba que todos los jugadores gracias a las peticiones de sus representantes consideran que tienen que intentar por lo menos 10 tiros durante un partido. Por eso se tira mucho, sin una idea clara y sin tener en cuenta las órdenes del equipo técnico o de los principios básicos del juego y tácticia. 

Y volvemos al principio de todo esto: ha sido una muerte anunciada, ha durado mucho tiempo la agonía y de su muerte nacen nuevas escuelas: eslovena, croata, bosnia, montenegrina, serbia y macedonia de baloncesto. Cada una lucha por su espacio, por su sello, por su imagen en el mundo de la canasta. Pero, realmente, es un mosaico roto y esparcido por un espacio pequeño, mucho más pequeño de lo que os podéis imaginar. Es un camino natural y normal, pero me vais a permitir un tiempo de nostalgia y luto. De momento, os voy a ir dejando (cuando el tiempo me permita) unos pequeños apuntes sobre el baloncesto yugoslavo: entrenamientos, programas, libros o fotos. 

Espero que sea un pequeño homenaje al baloncesto yugoslavo.


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